La perrita Laika

Tuesday, January 09, 2007

La historia de la perrita Laika

En el año 1957, una perrita vagabundeaba por las calles de Moscú


Le pusieron de nombre Laika; este nombre proviene del ruso
lajat, que quiere decir 'ladrar'. Era de mediano tamaño, fuerte,
con la cabeza en forma de cuña, orejas verticales, ojos oblicuos,
y su colita, estaba anillada sobre la grupa. Pesaba menos de 5
kgrs.

Laika es la perrita de la derecha

En aquel año de 1957, el mundo asistía asombrado el 4 de octubre, al lanzamiento por parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, del primer satélite artificial de la historia de la Humanidad. El Sputnik 1. Tenía 83 kgrs. de masa, y logró llegar a la órbita terrestre, ante el estupor de los Estados Unidos de Norteamérica que no habían logrado elevar su Vanguard, su primer satélite artificial, de sólo 1.470 grs. de masa. Comenzaba la Carrera Espacial.


Ante el éxito del lanzamiento del primer Spuknit, un equipo de técnicos soviéticos, formado por el científico e ideólogo de la misión, Serguei Korolev; el ingeniero Nikolaï Koutyrkine; y el matemático Georgui Gretchko, deciden el lanzamiento de un nuevo satélite artificial, el Sputnik 2. Pero a diferencia del primero, éste iba a ir habitado. El ser vivo elegido fue Laika, nuestra perrita protagonista de este blog.


El Spuknit 2. Tenía 508,3 kgrs. de masa. Y dentro de él, iría Laika
Los científicos rusos encontraron a Laika por las calles de Moscú.


La metieron en una especie de maleta espacial para introducirla en el Spuknit 2, que se iba a lanzar desde el cosmódromo de Tyuratam-Baïkonour, en la URSS.


Laika, no entendía nada de lo que le estaba pasando.


Asustada, miraba a su alrededor, porque nadie le explicaba nada.


Ese habitáculo no se parecía a nada que hubiera visto nunca.


Pero, a pesar de todo, Laika sonreía.
A Laika, le llenaron todo su cuerpecito de cables, para saber desde la Tierra, como estaban sus constantes vitales, cuando ella estuviera ya navegando por el espacio.


Y cuando ya estuvo preparada, la metieron en el Sputnik 2.


El 3 de noviembre de 1957, a las 22:28 hora local de Moscú, el Spuknit 2, era lanzado al espacio con nuestra perrita Laika, un equipo de radio y un medidor de rayos cósmicos. Su órbita tenía un perigeo de 225 kms. y un apogeo de 1.671 kms., con una duración de 103,7 minutos y una inclinación de 65,1 grados. Desde el control en Tierra, después del lanzamiento, escucharon a Laika ladrar, y percibieron los latidos de su corazón.

Laika no volvería ya más al planeta azul que la vio nacer. Al séptimo día de su viaje espacial, nuestra perrita recibió en su comida, una dosis de veneno para acabar con su vida, y así evitarle el sufrimiento de morir abrasada cuando el Sputnik 2, reentrara en la atmósfera, cosa que sucedió el 14 de abril de 1958, en las Antillas.
Pero esa fue la versión oficial. El 28 de octubre de 2002 la BBC dió la siguiente noticia:
El primer ser vivo que viajó oficialmente al espacio no vivió alegremente una semana dando vueltas sobre la Tierra, sino que tuvo una muerte muy dolorosa y relativamente rápida. Según informa la BBC, el viaje de Laika sólo duró unas horas. El 3 de noviembre de 1957, el cohete ruso 'Sputnik 2' despegó de la Tierra con un pasajero único: Laika. Una pequeña sin raza recogida de las calles de Moscú y que, tras un breve entrenamiento, se convirtió en la primera pasajera de un viaje espacial de la Historia. Pero fue un viaje sin retorno. Los oficiales soviéticos dijeron entonces que el viaje había sido todo un éxito, y que recibieron las señales vitales de la perra hasta casi una semana después del lanzamiento. Sin embargo, las pruebas hechas públicas por Dimitri Malashenkov, director del Instituto de Problemas Biológicos de Moscú, revelan que Laika murió apenas siete horas después del despegue debido a las elevadísimas temperaturas que se alcanzaron dentro de la nave y a taquicardias provocadas por el pánico. A pesar de que los responsables del programa espacial ruso declararon horas después del lanzamiento del Sputnik que nunca se contó con que la nave y su pasajero pudieran regresar a la Tierra, durante años se ha jugado con la posibilidad de que la pequeña perra viviera durante días en el espacio sin mayores problemas. Los informes hechos públicos por el científico ruso establecen claramente las elevadas temperaturas y la humedad relativa del aire como las causas de la muerte de Laika entre seis y siete horas después del despegue, el tiempo justo para dar tres vueltas completas a la Tierra. Además, los sistemas biométricos instalados detectaron que su corazón latía tres veces más deprisa de lo normal, provocado por el pánico del animal. El ataúd de Laika, el mismo cohete que la sacó de la Tierra, dio un total de 2.570 vueltas a la Tierra antes de desintegrarse, el 4 de abril de 1958


Laika murió en beneficio de la ciencia y de la Humanidad, sin que le pidieran permiso. Su soledad en el espacio debió ser terrible. El grupo español Mecano hizo una canción en homenaje a la primera cosmonauta de la Historia. Esta es su letra.
Era rusa y se llamaba Laika ella era una perra muy normal paso de ser un corriente animal a ser una estrella mundial La metieron dentro de una nave para observar la reacción Ella fue la primera astronauta en el espacio exterior Preparado está ya el cohete para zarpar el control en tierra dice a Laika adiós En la base todo era silencio esperando alguna señal Todos con los cascos en la oreja oyeron a la perra ladrar Mientras en la tierra una gran fiesta gritos, risas, llantos y champagne Laika miraba por la ventana qué será esa bola de color y qué hago yo girando alrededor preparado está ya el cohete para zarpar el control en tierra dice a Laika adiós Una noche por el telescopio una nueva luz apareció nadie pudo darle una explicación al asomo del nuevo sol Y si hacemos caso a la leyenda entonces tendremos que pensar que en la tierra hay una perra menos y en el cielo una estrella más.


Este ha sido mi pequeño y humilde homenaje a Laika, la perrita muerta por la humanidad, para beneficio de ella. Desde aquí mi recuerdo a quien dio la vida, sin pedírsele permiso, para que los hombres y las mujeres pudieran navegar más tarde por el espacio.
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Gracias por tu visita.